Tratar de informarte acerca del “mejor” lugar para ir a estudiar puede ser apabullante. ¿Cómo poder entender qué es lo que realmente debes hacer en medio de esa avalancha de información?
Algunos parecieran tenerlo todo muy claro. Viajaron en su niñez a esa ciudad cada año para sus vacaciones de verano, se ubican con facilidad, conocen el idioma, su objetivo en la vida fue tallado en piedra desde antes de nacer. Asistirán a tal universidad en tal país y nunca tuvieron que decidirlo o figurarlo; simplemente sabían.
Para la mayoría de nosotros no es tan sencillo. Hay quienes sueñan con estudiar en cierto lugar, pero nunca antes han tenido la oportunidad de conocerlo a fondo. Unos han visitado una ciudad por un par de semanas, ¿pero es esto suficiente para comprometerse con una cultura por meses o años? Es una consideración totalmente distinta. La mayoría nunca ha tenido la posibilidad de viajar a su potencial nuevo hogar; estos osados personajes simplemente dan un salto al vacío y afrontan lo que se venga, algo al estilo de Indiana Jones. Exceptuando que en lugar de buscar el santo grial, van en busca de un mejor futuro profesional… no tan relevante en comparación, pero interesante de todos modos. Probablemente no sea material para hacer una buena película.
De todos modos, cualquiera que sea el lugar al que decidas ir o no, inevitablemente te enfrentarás a un sinfín de blogs y artículos sobre consejos acerca de a dónde ir. ¿Dónde están las mejores universidades? ¿Qué país es el que ofrece mejores perspectivas costo-beneficio? ¿Cuál tiene (esta pregunta imposible) la mejor cultura?
Artículos que tratan de responder estas preguntas usualmente retornan al mismo lugar común: esencialmente cualquier destino tiene potencial de ser un gran lugar para estudiar.
Y no es que no estén en lo correcto en su afirmación. Ciertamente la educación de calidad y el costo son dos factores vitales a la hora de tomar una decisión. Pero debes ser consciente que varias de estas opiniones están enfocadas más como guías de turismo que como consejo real de estudios.
Hablar con agentes educativos, o buscando en internet, usualmente te dará como resultado sugerencias estereotípicas y retóricas acerca de cada lugar, lo cual te dará una percepción vaga de cómo sería estar allá, pero no la certeza de lo que sería tener la posibilidad de vivir en ese ambiente.
Puedes leer 500 libros acerca de la economía de Tokio, comentarios generales sobre su cultura y breves menciones del número de universidades, pero todo esto jamás será capaz de equipararse y capturar tu imaginación como el olor de sus calles después de una ligera llovizna, o el murmullo dentro del bar de ramen a la hora de la cena, o la profundidad de darte cuenta de tu falta de entendimiento al tratar de decodificar los matices del idioma que te rodea.
Y para ser honestos, ¿qué puede darte acceso a eso, aparte de tomar el riesgo de mudarte allí? Capturar la imaginación es una habilidad inusual, y lo que requiere cada persona para lograrlo, es únicamente inherente a ella. Supongo que en cierta forma se asemeja al arte, en diversas formas.
Una de las tentaciones modernas es tratar de resolver cualquier duda escribiéndola en Google, y esperar que la respuesta se ajuste exactamente a nuestras necesidades y deseos. Efectivamente, este es el caso para un buen número de preguntas, pero para algo tan personal como una residencia temporal o permanente, Google o cualquier otro motor de búsqueda nunca podrán ofrecerte la respuesta perfecta.
Lo correcto, según pienso, puede ser simplemente alejarte un momento de tu computadora, de tu teléfono, de cualquier distracción, e imaginarte a ti mismo en ese potencial nuevo ambiente.
Quizá tengas una lista. Esta lista contiene los países que consideras atractivos para ir a estudiar. Algunos porque son populares, otros porque siempre has querido conocerlos, y probablemente un par que te han sugerido. Te recomiendo que te imagines en cada uno de ellos por aparte. Piensa en el clima, el idioma, los sonidos, los aromas, la comida, su gente. Considera algo emocionalmente estimulante y analiza cómo te hace sentir. Puedes terminar eligiendo el lugar más económico o el lugar más impresionante académicamente del mundo, pero si este lugar no te ofrece ni una pizca de felicidad, entonces no valdría la pena.
Es sorprendente la cantidad de países que cuentan con universidades con reconocimiento global; y por supuesto, dependiendo de tu área de estudio, el mejor lugar para ti puede que no sea la “mejor” universidad del mundo. Podría ser aquella institución pequeña y poco conocida la que es más adecuada para tu carrera.
Inicia por país, y no dejes que una universidad en particular o una lista de ellas definan tu decisión. El mejor consejo para darte es este: mantén una mente abierta.
Es posible que este consejo sea obvio, pero las guías realmente son una fuente para darte una idea vaga, pero no para tomar una decisión por ti. Decidir dónde estudiar puede ser un reto tensionante, así que no olvides que te conducirá a una experiencia inolvidable y divertida. Puedes ir a donde te plazca, estudiar lo que te interesa y ser la persona que siempre has querido ser. No debería ser una causa de preocupación, más bien una de celebración.
Si te encuentras confundido o tensionado, siempre es bueno salir a dar una caminata para despejar la mente y seguramente te será más fácil tomar tu decisión.
Así que, si estás buscando un lugar para estudiar, haz tu investigación pero recuerda que la elección siempre será tuya al final. No olvides que eres un Indiana Jones.