Estudiar en destinos de Norteamérica, Europa o Australasia implica afrontar una estación del año a la que capaz no estés acostumbrado. Por eso, no solo se trata de empacar una buena maleta, aunque es parte de la clave del éxito, sino de seguir algunas recomendaciones para que el frío del invierno no se interponga entre tu rendimiento académico y tú.
Antes de partir a tu destino de estudio, debes investigar a profundidad cómo es el clima y las temperaturas en la ciudad en la que estarás. Para eso Internet es un libro infinito en el que podrás encontrar todos los detalles que desees. Luego de tener este punto claro, comienza a hacer un inventario de tu ropa, para que saber con qué cuentas y qué debes comprar.
Cómo vestir en invierno
Como primera recomendación para tu outfit invernal, destaca un buen gorro. Este accesorio es imprescindible y mantiene tu cabeza caliente. Cuando no quieras cargar con muchas prendas, llevar un gorro puede significar la diferencia entre permanecer cómodo y congelarte. Los mejores, normalmente, cubren orejas y nuca.
En segundo lugar, un must have en tu maleta son unas botas. Este calzado debe ser especial para el invierno, sólidas, bien hechas y a prueba de agua. Los colores oscuros hacen que las se noten menos.
Un punto que no debes pasar por alto es que no todas las chaquetas son adecuadas para cualquier situación. Las chaquetas de plumas te mantendrán caliente en condiciones secas y ocupan poco espacio en el equipaje, pero definitivamente cuando se mojan no son una buena opción. Por su parte, las chaquetas sintéticas tienden a secarse rápidamente y repelen el agua, pero pueden ocupar mucho espacio, son pesadas y no son tan calientes.
En último lugar, pero no menos importante, te recordamos empacar un par de guantes, porque aunque tu cabeza y pies estén calientes, si no proteges tus manos del frío, puedes lamentarlo mucho. Los aconsejables son los transpirables, a prueba de agua, que se sequen con rapidez y antirresbalantes.
Trucos para estudiar y no congelarte en el intento
Las bebidas calientes, sin dudarlo ni un segundo, serán tus mejores amigas. Te ayudan a regular la temperatura del cuerpo y, a la vez, la de las manos mientras las sostienes. Puedes beber café o té varias veces al día y para el almuerzo, una sopa te caerá muy bien.
Por otra parte, regula el uso de la calefacción. Toma en cuenta que el cambio brusco de temperatura entre tu habitación o casa y el exterior puede ocasionarte resfriados, que afectarán tu rendimiento.
Un punto clave es tener la sensibilidad en las manos controladas porque si las tienes congeladas se te dificultará articular los dedos y, por ende, escribir tanto a mano como en computadora. De esta forma, las condiciones no estarán dadas para estudiar.