Crea un presupuesto realista para estudiar en el extranjero

¿Por qué no planear y luego simplemente disfrutar de tu viaje?

Existe una percepción que estudiar en el extranjero siempre será una gran carga para tu billetera. Esto a veces puede ser cierto sin una planificación adecuada. Pero si organizas tus finanzas lo suficientemente bien, puedes disfrutar de un viaje de estudio exitoso en cualquier lugar que quieras.

Un elemento clave de una planificación adecuada es diseñar un presupuesto sólido y realista (y atenerse a él mientras estás afuera). Algunas de estas cosas pueden parecer obvias, pero a veces es bueno tener una lista para asegurarse que todo esté cubierto.

Del mismo modo, un viaje sin una planificación presupuestaria adecuada puede significar estrés y miedo. Cualquier viaje al extranjero, aunque especialmente educativo, debe ser lo más agradable posible; no lleno de preocupaciones.

Primero lo primero: tendrás que saber cuánto costará el curso. Y para saberlo, tendrás que saber qué curso tomarás.

Comienza por investigar tus opciones de intercambio.

Si tienes en mente varios posibles destinos de estudio, no elijas la ciudad o el país que más deseas visitar. Considera cuán asequible es cada opción. Puedes pasar increíble en cualquier lugar, ya que no todas las veces tiene que ser necesariamente en tu primera alternativa.

Cada país tendrá un promedio general de cuán costosos pueden ser el alojamiento y los gastos de manutención, pero el promedio no es exacto en todas partes. Por ejemplo, si deseas permanecer en los Estados Unidos, Nueva York y Los Ángeles serán mucho más altos que el promedio nacional, pero si encuentras un lugar en las afueras de una ciudad, o en un lugar más pequeño, puedes ahorrar una gran cantidad de dinero.

El alojamiento también puede variar mucho, dependiendo de si te quedas en el campus, con otros estudiantes o con una familia. Esto dependerá de las preferencias personales, pero también puede tener un gran impacto en tus fondos.

Cuando decidas dónde vivir, siempre piensa en la ubicación. Puede tener sentido pagar un alquiler un poco más alto para estar a poca distancia de tu escuela y para acceder a los programas y eventos del campus con mayor facilidad.

Dependiendo del costo del transporte, un alquiler más barato más lejos de la escuela también podría tener sentido. Otra opción es comprar una bicicleta usada o unirse a un programa de bicicletas compartidas, que generalmente ofrecen viajes ilimitados por una tarifa mensual.

Solo mirando a través de estos costos generales, realmente puedes hacerte una idea de cuánto vas a gastar en cada lugar, y dónde tu calidad de vida podría ser un poco mejor.

Además, si no puedes permanecer durante un año entero (o más), considera acortar tu estadía. Los cursos vienen en una amplia variedad de periodos, desde solo unos días, meses o periodos más prolongados.

Una vez que tengas una buena idea de cuáles de tus destinos preferidos son asequibles y agradables, puedes pasar a la elección de tu escuela, especialmente en lo que respecta a la matrícula.

Utiliza tu matrícula como el elemento principal para tu presupuesto. No olvides leer la letra menuda de tu programa de estudios en el extranjero, ya que pueden cobrarte tarifas adicionales por ser un estudiante internacional. Para esto, es probable que la matrícula sea tu mayor gasto, pero no te olvides de los útiles. A veces, los libros de texto pueden ser muy costosos, así que intenta tener esto en cuenta mientras estás en la búsqueda.

Después de todo eso, debes tener una idea de cuánto costarán tus gastos de manutención. alojamiento y matrícula. Estos costos formarán la mayor parte de tu gasto de estudio en el extranjero. Lo que puedes hacer ahora es calcular el “panorama general". Calculando a cuánto dinero tienes acceso actualmente y restando los costos generales del estudio en el exterior hasta el momento, obtendrás una idea razonable de cuánto necesitas, o incluso cuánto tienes disponible. Con esta información, puede que tengas que continuar buscando posibles destinos o puedes pasar a la siguiente etapa.

Solicita todas las fuentes posibles de apoyo financiero.

Esto es muy importante. Hay tanta ayuda afuera, que solo es cuestión de investigar y aplicar a todo lo que puedas. Siempre hay una pequeña posibilidad de que recibas ayuda financiera, así que vale la pena intentarlo.

Se trata de aplicar a tiempo y aplicar para todo lo posible. Esto incluye todas las becas o reembolsos disponibles. Puedes obtener préstamos, vuelos pagados, matrículas más bajas, todo tipo de cosas. Entonces, aunque llenar formularios para ayuda financiera pueda ser tedioso y molesto, vale la pena al 100 por ciento.

Considéralo, pero no dependas del trabajo.

Hay muchos pequeños costos que pueden sumarse a medida que realizas tu solicitud, como las tarifas de la visa. Es alrededor de este tiempo que puedes comenzar a pensar en solicitar trabajo mientras estás fuera.

Un trabajo en el extranjero es una excelente idea, se verá muy bien en tu currículum y te ayudará a hacer un poco más de dinero en tu viaje. Algunas visas de estudiante te permitirán trabajar por un determinado número de horas cada semana, así que asegúrate de leer la letra menuda y averigua si esa es una opción para ti.

Esto sin mencionar que es una excelente manera de conocer realmente tu país de acogida, practicar tus habilidades lingüísticas y conocer amigos.

Sin embargo, no debes confiarte en el dinero obtenido de esto como una forma de financiar tu viaje. Un poco de dinero extra es genial, pero si vas a utilizar este dinero para pagar tu matrícula o alojamiento, tal vez considera un destino más barato. Los empleos, especialmente cuando eres estudiante, pueden ser pasajeros y el estrés que conlleva estar en un país extranjero, estudiar y tratar de aferrarte a un trabajo a la vez a veces puede ser más traumático de lo que en verdad vale la pena.

También es bueno que tengas en cuenta considerar que ese tiempo de trabajo que te permite la visa, probablemente sea más valioso para tu futuro profesional si lo usas ofreciéndote como voluntario o practicante en tu área de estudio, que como barista o mesero así te paguen mejor en ese momento.

Ten en cuenta cualquier costo adicional.

Como se mencionó anteriormente, revisa cuánto pueden ser los posibles costos de visa de estudiante y que tu pasaporte no necesite renovación pronto.

Los otros grandes gastos incluyen vuelos (o como sea que viajes a tu destino), así como otros posibles costos de viaje. Los estudiantes en el extranjero a menudo harán uso de su nuevo hogar para viajar un poco más. Por ejemplo, si te quedas en París, Londres, Amsterdam, Roma, Dublín, prácticamente toda Europa está a un corto vuelo de distancia. Ten esto en cuenta si planeas hacer algo de turismo extra. Simplemente viaja ligero e intenta reservar con anticipación.

Del mismo modo, deberás saber cuánto cuesta el transporte en tu día a día. Autobuses, trenes y taxis: ¿qué tan lejos (y costoso) es ir todos los días entre el trabajo, la escuela y el hogar?

La comida es otro gasto importante. Si no te gusta cocinar, un plan de comidas resultará más rentable que confiar en las comidas a domicilio o en el restaurante. También considera entablar una amistas con los vecinos para encontrar los lugares más rentables para comprar y obtener tu comida. Incluso si planeas cocinar principalmente para ti, querrás asignar dinero para probar los restaurantes locales.

Otros gastos clave serán tu teléfono móvil y posiblemente una conexión a Internet. Consulta con tu proveedor para determinar si tu plan internacional será asequible a largo plazo o si tiene más sentido encontrar un proveedor local. Lo último que deseas es recibir cargos onerosos de roaming de datos.

La mayoría de las universidades exigirán que tengas algún tipo de seguro de salud, adquirido a través de tu propio servicio o una compañía de seguros que ofrezca pólizas de seguro de salud estudiantil internacional.

Lo mejor es siempre ser proactivo y tener escenarios de respaldo si surgen problemas financieros o de emergencias, por lo que también querrás apartar el 10-15% de tu presupuesto total para emergencias.

Con objetos robados, da aviso a la policía. Con artículos perdidos, informa a tu compañía de seguros de viaje. Si te quedas sin dinero, organiza una forma de transferir los fondos. No importa cuál sea el escenario, mantener la calma y mantenerse flexible te permitirá alejarte de un posible daño.

Utiliza herramientas de presupuesto.

OK, ahora hay mucho que considerar y hacer seguimiento. Tomar notas en un diario o en una hoja de cálculo de Excel es un buen comienzo, pero hay muchas buenas herramientas presupuestarias en línea para realizar un seguimiento de todos tus ingresos y gastos. Sitios web como Mint ofrecen plantillas generales y calculadoras para configurar un presupuesto mensual.

También es importante considerar la conversión de moneda. La mayoría de las personas se sorprenden por la gran diferencia entre las monedas. Antes de comenzar a hacer una lista de gastos, revisa tu “panorama general” y ve en cuánto se convierte la moneda local. Hay varios convertidores de divisas en línea que te permiten hacer esto con una precisión asombrosa, como XE.

Una tarjeta de descuento para estudiantes también está disponible en muchos países, la cual definitivamente deberías utilizar si puedes. Ofrecen descuentos en diversos artículos, desde entradas a museos, hasta transporte y cenas. Muchas tiendas, tanto minoristas como en línea, también ofrecerán descuentos si tienes una, por lo que en cuanto tengas esta tarjeta en tus manos podrás hacer uso de ella. También dependiendo del país puedes acceder a tarjetas de descuento en transporte público.

Tómate el tiempo para ordenar tu cuenta bancaria.

Si vas a viajar al exterior por menos de un año (y no estás trabajando), tiene más sentido conservar tu cuenta bancaria y usarla en el extranjero.

Sin embargo, no querrás perder dinero si todo el tiempo te cobran cargos por transacciones extranjeras o tarifas de cajeros automáticos. Para evitar esto, busca un banco que no cobre tarifas por transacciones en el extranjero o que te reembolse por comisiones de cajeros automáticos: los principales bancos son tu mejor opción.

También debes dejar que tu banco (y las compañías de tarjetas de crédito) sepan que estás de viaje, es muy frustrante tratar de pagar algo y que dicho pago sea rechazado o bloqueen tu tarjeta.

De lo contrario, si eliges abrir una cuenta en tu nuevo país, puede valer la pena ya que no tendrás que lidiar con estas tensiones. Es gratis (normalmente), solo tomará media hora en la mayoría de los casos y reducirá la cantidad de tarifas internacionales que debes pagar.

En un aprieto, los cajeros automáticos son geniales, pero no los utilices a diario ya que la mayoría de los cajeros automáticos extranjeros cobran tarifas de transacción. Además, nunca uses cambio de moneda en los aeropuertos, son una estafa. Intenta salir de tu casa con algo de dinero en la moneda local para estar preparado para esos gastos iniciales, como el transporte desde el aeropuerto.

Además, es posible que necesites dinero en efectivo para emergencias y para pagar visas de viaje, que casi siempre se pagan en efectivo. Recuerda llevar solo el dinero en efectivo que necesites mientras estás fuera de casa, y guarda el resto en un lugar seguro.

Diviértete, pero ten cuidado

Una vez que tengas todas las necesidades planeadas, es cuando comienza la verdadera diversión. Siempre y cuando se ajuste al presupuesto que has hecho, puedes averiguar en qué deseas gastar el resto: tu dinero para entretenimiento.

Ya sea que se trate de dinero gastado en salidas nocturnas, en comida, souvenirs, compras, viajes, cualquiera que sea, mientras esté bien presupuestado, hazlo y disfrútalo.

Por supuesto, la tentación es gastar la gran mayoría de tu dinero en este tipo de cosas, pero en realidad son mucho más especiales cuando sabes que puedes pagarlas, cuando todas tus deudas han sido pagadas y sabes no vas a tener que comer solo arroz y pasta durante los próximos dos meses.

Viajar al extranjero es una experiencia increíble y reveladora para los estudiantes. Es un momento para conocer gente nueva, ver nuevos lugares, tal vez aprender un nuevo idioma, y luego regresar, con suerte más sabio y feliz. Al viajar de forma inteligente, los estudiantes se aseguran de que su tiempo en el exterior sea lo más satisfactorio posible.