Un estudio reciente concluyó que aprender un nuevo idioma te hace una persona más inteligente y disminuye el riesgo de adquirir demencia senil en el futuro; sin embargo, también es importante que sepas que al aprender un idioma diferente, es más útil ser fluido al hablar que el tener una pronunciación perfecta. ¿Ya has decidido qué idioma quieres estudiar?
Un curso de Inglés, de Francés, de Ruso, de Japonés…. Cualquiera que sea el idioma que vayas a aprender, te ayudará de paso a mejorar tus habilidades cognitivas. Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Edimburgo evaluó a 853 personas durante dos fases de sus vidas: primero, en 1947 cuando estas personas tenían 11 años de edad; y luego entre el 2008 y el 2010 cuando ya tenían más de 70 años.
El estudio concluyó que los participantes que podían comunicarse en alguna lengua diferente a su idioma natal habían aumentado su capacidad cognitiva de forma significativa, volviéndose más inteligentes y mejorando sus habilidades de lectura, disminuyendo también el riesgo de tener demencia senil.
No te preocupes si eres mayor de 18 años, ya que aún estas a tiempo de aprender un nuevo idioma: otro de las conclusiones a las que llegó el estudio fue que aquellas personas que estudiaron un nuevo idioma durante la niñez y la adolescencia, y aquellos que lo hicieron durante la edad adulta, habían adquirido los mismos resultados mentales positivos como el haber aumentado la capacidad de atención y de fluidez verbal.
Hablando de fluidez, otra investigación llevada a cabo por Purdue University en Estados Unidos, reveló que la pronunciación no es el aspecto en el que te deberías enfocar si quieres entender fácilmente a las personas cuya lengua materna es inglés.
Utilizando ejemplos de conversaciones de 20 personas cuya lengua materna no era el inglés, un grupo de personas nativas en inglés evaluó la capacidad que los no nativos tenían de hacerse entender y de entender conversaciones en este idioma. El estudio concluyó que entre mayor sea la fluidez en la conversación, con menos pausas y trabas, los no nativos tendrán que hacer menos esfuerzo a la hora de seguir y entender conversaciones en inglés.
Por ello, ya sea que hables inglés con acento español, japonés, chino o francés… si eres fluido, hasta la persona con el acento británico más fuerte podrá entenderte: sólo trata de diversificar las palabras y frases que usas, enfocándote en aumentar tu vocabulario y mejorar tu gramática, ya que el resto de las habilidades mejoraran con el tiempo.