El año pasado, el gobierno de Irlanda empezó una serie de reformas para mejorar la calidad de la educación, buscando la seguridad y la satisfacción de los estudiantes. Los cambios fueron anunciados después de que muchos colleges privados cerraron en Irlanda en el 2014, desplazando a más de 3.000 estudiantes (principalmente estudiantes provenientes de fuera del Área Económica Europea) y aumentando las preocupaciones acerca de los proveedores “deshonestos” en educación.