Cómo evitar que una familia anfitriona sea demasiado incómoda

Saber dónde vas a vivir mientras estudias en el extranjero es muy importante, porque puede influir de forma positiva o negativa tu experiencia de ir a la universidad en otro país.

Si te alojas en algún lugar que no es de tu agrado o que consideras inseguro, tal situación puede afectar tu vida general. Sin embargo, compartir un hogar con gente con la que te llevas bien te sientes cómodo, te permitirá concentrarte en tus estudios y hacer amigos para toda la vida.

Alojarse con una familia anfitriona en el extranjero tiene numerosos beneficios. Entre ellos destaca el contacto directo con la cultura y las costumbres locales del país destino, la práctica del idioma y aumenta la confianza del estudiante en su conocimiento del idioma, lo que repercutirá en su seguridad e independencia. No obstante, hay situaciones que pueden tonarse incómodas y te presentamos algunos consejos para evitarlas.

·         Sé proactivo. Toma en cuenta que en el extranjero las familias no van a ir detrás de ti, por eso no debes esperar que tu familia anfitriona dé el primer paso.

·         Recurre a tu tutor o asesor. Si tienes algún problema con la familia anfitriona, compártelo con el tutor o asesor de viaje, si cuentas con él. Estas figuran están ahí para ayudarte en cualquier momento que necesites.

·         Pon de tu parte. Desde tu llegada debes tratar de adaptarte a las costumbres de la casa. Por ejemplo, hay familias que tienen un estilo de vida tranquilo, que incluye la televisión, la lectura, las actividades de casa, intégrate y trata de compartir estos hobbies.

·         Da una buena primera impresión. Sé amable y respeta las normas mínimas de convivencia. Entre ellas destacan hacer la cama, mantener el orden, aceptar la comida, colaborar en los quehaceres...

Temas puntuales

Al llegar, lo normal es que tu familia anfitriona establezca las reglas del juego. Si no es así, te recomendamos que indagues sobre:

Trato: cómo les gustaría que te dirijas a ellos

Tiempos de baño: si compartes el tocador, procura no interferir en el ritmo de la familia, sino integrarte a la dinámica

Horarios de comidas: de esta forma estará claro cuándo puedes acompañarlos y cuando no para evitar confusiones que puedan parecer desprecios

Ropa: aclara quién debe lavar la ropa, cómo la debes clasificar, en fin, las instrucciones generales de esta labor

Horas de llegada: cada cultura tiene sus normas. Por eso, no está de más que indagues sobre qué tan tarde puedes volver a casa

Recuerda que salir de tu zona de confort siempre traerá algunas dificultades al inicio. Lo importante es que logres poner todo de tu parte para que la experiencia sea enriquecedora. Toma en cuenta que, en principio, la familia anfitriona puede ser una excelente opción para abaratar costos y luego podrías mudarte a una residencia en el campus o compartir un apartamento con algún compañero que conozcas en la universidad.